Recientemente el País publicó un artículo en el que reseñaba que al aumentar el sostén económico de la mujer en la pareja, los divorcios disminuyen y las uniones son más felices y equitativas.
Las mujeres económicamente independientes tienen mayor poder de negociación lo que supone un matrimonio más justo y equitativo para ambos.
Mientras que el cambio económico de roles puede llevar un tiempo de acostumbramiento, ha tenido un efecto sorpresivo en la estabilidad marital. Ante todo, la evidencia muestra que la transformación dentro de los matrimonios -hombres haciéndose cargo de los trabajos domésticos y las mujeres ganando dinero fuera de sus casas- tuvo un efecto positivo, contribuyendo a disminuir la tasa de divorcios y a hacer más feliz a las uniones.
"Las mujeres ya no necesitan estar casadas por lo económico o educacional, así que están más propensas a elegir hombres que soporten una relación igualitaria.
Sociólogos y economistas señalan que las mujeres independientes pueden ser más selectivas al decidir contraer matrimonio, y que también tienen más poder de negociación dentro de la pareja. Pero no sólo la mujer gana. El resultado neto tiende a que el matrimonio es más justo y equitativo para ambos.
Los hombres, por ejemplo, a veces pasan por un tiempo duro ajustándose a la idea de igualdad femenina o del poder de una mujer que gana más que ellos. Mientras tanto, ellas padecen al tener que entregar su poderío dentro del hogar y el control de todo, por ejemplo, de cómo se visten los niños, la alimentación de la familia o cómo se limpia la casa.
Kirsten W. Springer, una socióloga de Rutgers, asoció hombres de más de 50 años, que tienen esposas que ganan más, con menos salud. Entre las parejas que tenían los mayores ingresos de su investigación, un marido que gana menos que su mujer es 60% menos propenso a una buena salud comparado con los que ganan más que sus mujeres.
Y aunque los cambios de los roles matrimoniales se vienen observando desde hace 40 años, el trabajo de ambos no es equitativo. Aún, entre parejas donde ambos integrantes trabajan, la mujer todavía realiza dos tercios de las tareas domésticas, en promedio, de acuerdo a un estudio de
Pero los hombres hacen bastante más que antes. Los números muestran que desde 1960, la contribución masculina a las tareas domésticas se ha duplicado, mientras que se triplicó el tiempo destinado a cuidar a los hijos.
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